Katy Perry jura que nunca besó a una chica. Si lo hubiera hecho,
probablemente hubiera sido a cierta bailarina. "Cuando era chica, estaba enamorada de una amiga", dice Perry, de 23 años, sobre ese flechazo adolescente. "Ella tenía una piel y un cuerpo hermosos, y labios de frutilla." Eventualmente, esos labios la inspiraron a escribir "I Kissed a Girl", la contagiosa pieza pop que le reportó elogios de Madonna y el primer lugar en el chart de singles de Billboard durante seis semanas seguidas.OBRA En su disco debut, One of the Boys (que se edita este mes en Argentina, por EMI), Perry canta sobre sus ex novios metrosexuales ("Ur So Gay"), y en "Thinking of You" se inspira en el pop rock confesional de su ídola, Alanis Morissette. Perry, hija de dos pastores protestantes, ya había hecho su debut artístico –sin éxito– en 2001, bajo el nombre artístico de Katy Hudson, con un LP de canciones cristianas. Ahora, está de gira y luce orgullosa el anillo de diamantes de compromiso que le regaló su novio y compañero de tour, Travis McCoy, de los Gym Class Heroes. Perry dice: "Sufro el síndrome de la cantante".
FAMILIA Y PROPIEDAD A esta altura, es probable que sus padres ya la hayan desheredado. Katy reconoce que ellos prefieren no escuchar "I Kissed a Girl" y "Ur So Gay", pero dice: "No tienen drama con las otras canciones del disco. Intenté cambiarlos durante tanto tiempo que, ahora, pienso: «¿Sabés qué? No voy a intentar cambiar a mis padres». Ellos son felices y aman lo que hacen. Están contentos de que yo no esté reventada y haciendo fotos desnuda". En el escenario, Perry suele defenderse solita con una guitarra electroacústica y un micrófono. Reconoce haber perdido la virginidad en Nashville escuchando Grace de Jeff Buckley, y asegura que sigue marcada por el gospel que escuchó de chica: "Me crié con las canciones de Cambio de hábito. Me encantó la Cambio de hábito 2, con Lauryn Hill".
Fuente Rolling Stones USA.
By Austin Scaggs
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